Fernando “Puma” Martínez se consagró campeón súper mosca de la Federación Internacional de Boxeo, después de derrotar a Jerwin Ancajas por decisión unánime, el pasado 26 de febrero. En ese momento se convirtió en el segundo campeón mundial argentino del boxeo actual, y con la derrota de Brian Castaño frente a Jermell Charlo, el Puma Martínez es el único monarca nacido en Argentina.
Con el éxito, la vida cambia. Aparecen las mieles, y no siempre están ligadas al logro obtenido, estrictamente. Para no perder la cabeza en esos momentos, es necesario pensar cada paso.
Durante una entrevista exclusiva para IZQUIERDAZO, Fernando Martínez contó cómo es su vida desde que logró pararse en la cima de su peso. Parece haber aprovechado el impulso.
“Me empezó a reconocer un montón de gente”, señaló. “Cuando vine de allá, me hice mucho más conocido. Era un boxeador escondido. Nosotros fuimos afuera, y peleamos de callados. Vine, y me hice famoso. Es lindo eso. Ahora estoy enfocado, entrenando a pleno para lo que se viene“.

Puma Martínez quiere seguir en el lugar de campeón mundial
Fernando Martínez quiere mantenerse en la cúspide del pugilismo internacional. Para eso, se apoya en el cariño de su gente y lo usa como trampolín hacia la superación individual.
“Cuando voy a comprar, la gente me saluda y es lindo. Yo los saludo a todos. Si voy con mis hermanas, a veces me cargan porque la gente se me acerca y nos reímos un rato. La gente me transmite su buena onda, y muchos estuvieron atentos a la pelea“, comentó.
Martínez se debe a su público. A diario, trabaja para que sus seguidores puedan observar su mejor versión, esa que lo llevó hasta donde está. Tiene la vara muy alta, pero siempre la alcanza.
“Di un buen espectáculo y a la gente le gustó, eso es lo que a mí me pone feliz”, expresó. “Siempre voy a dejar una buena impresión, a dar un buen espectáculo. Voy a matar o morir, porque quiero dejar contenta a la gente y quedarme conforme con mi trabajo“.
El Puma se entrena a diario bajo las órdenes de Rodrigo Calabrese y la compañía de Agustín “Avión” Gauto, en el Club Municipal Renunciamiento de Avellaneda, presidido por Luis Díaz.